miércoles, 2 de mayo de 2012

¿Y qué pasaba con las personas con necesidades especiales?



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Durante la Baja Edad Media (s. IX - XI) existió una relativa permisividad hacia las tradiciones paganas; la mayoría de las personas recurrían a brujas y magos para resolver sus problemas. Durante este período, cabe destacar también el trato humanitario que los enfermos mentales recibían en los múltiples monasterios; claro está, que quedaban fuera de este trato humanitario todos aquellos enfermos que presentaran conductas violentas o muy desagradables. Pero, a medida que fue transcurriendo el tiempo, la Iglesia católica fue escalando puestos hasta llegar a ser la rectora absoluta de la vida de los ciudadanos, y la estricta moral cristiana choca con la tradición popular apegada durante siglos a costumbres paganas más liberales. El clima de tolerancia inicial comienza inevitablemente a reducirse. A todo esto hay que añadir que se dio un periodo de crisis social (hambre, miseria, peste...) así como innumerables guerras sangrientas.
Según la teología de la época, las posesiones diabólicas podían ser de dos tipos atendiendo a un criterio de voluntariedad de la posesión:
- Entendida como una enfermedad mental: el demonio poseía a su víctima en contra de su voluntad, bien por el abandono de su alma, o bien por el castigo de sus pecados.
- El poseidoo estaba aliado con el demonio, y en el acto de posesión había intervenido un brujo; aunque la diferencia entre este segundo tipo de posesos y los brujos no estaba clara.


Aunque se distinguía entre la auténtica pérdida de la razón y la brujería, no están claros los criterios que se utilizaban para tal distinción, de hecho, apenas se recogen estos procedimientos diagnósticos en los textos de la época.


Aunque la Iglesia creía en la brujería y en la magia, antes del siglo XI, más que animar a creer en supersticiones de brujería, se planteaban ciertas limitaciones.


Los individuos eran ocasionalmente castigados por practicar brujería maléfica pero no eran castigados por ocupar el estatus de brujo o hechicero. La noción de un pacto entre el brujo y el diablo no fue acentuada y, la idea de que las brujas formaban una organización satánica internacional no existía.


Conforme la Iglesia católica se va sintiendo acosada por los movimientos cismáticos, el inicial clima de benevolencia se va transformando en actitudes inflexibles e intransigentes. Con el afán de consolidar su poder y su propia identidad, persiguió los movimientos discordantes y acabó por no diferenciar entre enfermedad mental, posesión y herejía y el destino de todos ellos acabó siendo el mismo.


Llama la atención el hecho de que la mayoría de las encausadas eran mujeres, a las que se le atribuía un insaciable deseo carnal y cierta tendencia a hacer el mal. En cambio, a los hombres se les suponía inmunizados a la posesión dado que Cristo había sido varón. Por lo general, los poseídos eran personas desprotegidas y aisladas en la comunidad . Es muy probable que muchas de las diagnosticadas como brujas no fueran sino ancianas con demencia senil, epilepsia, esquizofrenia, o en general, trastornos mentales que los médicos de la época no podían explicar, o trastornos que las pócimas elaboradas para su curación no podían paliar.
Desde una perspectiva psiquiátrica, la Alta Edad Media se caracterizó por un aumento de la enfermedad mental pero dicho tipo de enfermedad no fue reconocida como tal realmente, sino que los perturbados mentales fueron acusados de brujería. Esta teoría está basada en una serie de datos: las brujas a menudo confesaron haber llevado a cabo actos imposibles, tales como volar por el aire, lo cual puede ser interpretado como testimonios de esquizofrénicos; también se dice de ellos que participaban en orgías nocturnas, y esto se puede interpretar como la existencia de ninfómanos o psicópatas; el hecho de que se informara de que las brujas tenían zonas insensibles al dolor (marcas del diablo) en varias partes del cuerpo podría ser interpretado como casos de histeria. Por otra parte, los histéricos son altamente hipnotizables, lo cual podría explicar el control que el hechicero principal ejercía sobre las brujas subordinadas en las orgías, lo que podría darse por procesos de sugestión en grupo. El hecho de que fueran capaces de resistir a las torturas sin experimentar dolor podría explicarse por la auto-hipnosis. Otro dato que apoyaría esta hipótesis es el hecho de que las brujas eran usualmente mujeres y la histeria se presenta más comúnmente en mujeres que en hombres.
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A todos estos elementos habría que añadir el hecho de que el poseido era interrogado con la intención de que revelara el nombre del brujo que había causado su mal (y de esta manera, el brujo sería ejecutado).

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